Las últimas de la fila, “The Menu” y mi 2da lectura del año

Resulta increíble cómo el mensaje te encuentra sin ser buscado. Como se reviven escenas ajenas, en relatos propios. Como se alinean los conceptos de respuesta y pregunta en una sola palabra, tiempo. Como series como “las últimas de la fila”, películas artísticas o personajes rotos, te encuentran… como todo, bueno o malo, pasa.

A veces pienso que es cuestión de física y el principio científico que respalda la ley de la atracción. Puesto que no trata de decretar algo y obtenerlo, sino de actuar en acción, palabra y pensamiento como parte de un juego de energías (intercambio) dentro de este universo.

Claro que, la palabra siempre ha tenido poder. Por eso no se recoge, por eso genera más puntos de inflexión que cargas energéticas.

En declaración y silencio… La palabra impacta, hiere, edifica, rompe, sana.

Sí, algo intensa empieza esta entrada porque me traigo las palabras y los silencios que estas últimas semanas he protagonizado. Así como todas aquellas que he recibido, donde entabló conversaciones conmigo misma. 

Buscando desprender de mí la impotencia de lo que no puedo controlar, la culpa por no tener siempre una respuesta. El vacío de la aceptación (porque algunas cosas, solo son).

Por lo que volviendo con las notas al margen, te cuento que esta entrada ha sido escrita por partes, en diferentes intervalos de tiempo. Sin embargo, no ha perdido caducidad. Por el contrario, ha tomado aún más fuerza… 

“Qué poderoso resulta a veces leerse a uno mismo, para impulsar la acción”.

Cosa que me lleva a hablarte de mi 2.ª lectura del año. Que aunque a la fecha de la publicación de esta entrada ya voy por la 7.ª, no había subido nada al respecto porque estaba girando, precisamente en eso, en la inacción.

¿Lo gracioso?

… Es que ese artículo ya está escrito

Pero antes de que llegues a lo que fue leer este libro particular aquí. Permitámonos ese punto de encuentro que une la ficción y la realidad.

“Esto también pasará”

Llego tarde, pero que les digo… mientras más bulla se hace sobre algo, más me cuesta darle la oportunidad. Pero si algo sabia era que algún día iba a ver la serie de la que tanto se habló el pasado año, entre mujeres.

Una miniserie, sin desperdicio, que habla a “calzón quitao” de muchos temas necesarios, importantes y tan reales como la vida misma. Una serie que si o si, me marco… pues puso en palabras y reflejo, lo que más de una vez sentimos o pensamos, pero no decimos por qué tememos ser las únicas con esto (*). 

*Rasgo que me recuerda precisamente a la 2.ª lectura del año.

Actuaciones maravillosas, paisajes increíbles y diálogos dignos de aplauso. Un hilo conductor que te mantiene de principio a fin y te llena tanto, como los miedos que te quita. Un final jodidamente brillante y una frase que, sin buscarla, ha llegado a mí desde múltiples canales.

Bueno o malo, todo pasa”

Un espectáculo que, semanas después, aun causa emociones en mí. Por las mujeres reales, humanas, imperfectas y complicadas que representa. Dejándonos destellos de cada una como espejos de nuestro ser y a su vez, chispas de valentía para ir con la verdad por delante (nuestra verdad), mientras nos atrevemos a hacer. Así sin más, hacer.

Porque el primer paso para llegar a cualquier sitio es… caminar.

Llego tarde, pero que les digo… mientras más bulla se hace sobre algo, más me cuesta darle la oportunidad. Pero si algo sabia era que algún día iba a ver la serie de la que tanto se habló el pasado año, entre mujeres.

Una miniserie, sin desperdicio, que habla a “calzón quitao” de muchos temas necesarios, importantes y tan reales como la vida misma. Una serie que si o si, me marco… pues puso en palabras y reflejo, lo que más de una vez sentimos o pensamos, pero no decimos por qué tememos ser las únicas con esto (*). 

*Rasgo que me recuerda precisamente a la 2.ª lectura del año.

Actuaciones maravillosas, paisajes increíbles y diálogos dignos de aplauso. Un hilo conductor que te mantiene de principio a fin y te llena tanto, como los miedos que te quita. Un final jodidamente brillante y una frase que, sin buscarla, ha llegado a mí desde múltiples canales.

Bueno o malo, todo pasa”

Un espectáculo que, semanas después, aun causa emociones en mí. Por las mujeres reales, humanas, imperfectas y complicadas que representa. Dejándonos destellos de cada una como espejos de nuestro ser y a su vez, chispas de valentía para ir con la verdad por delante (nuestra verdad), mientras nos atrevemos a hacer. Así sin más, hacer.

Porque el primer paso para llegar a cualquier sitio es… caminar.

“Por omisión o por acción, somos causa y consecuencia”

En otras palabras, somos responsables de nuestra vida. Sí, por permitir, por hacer, por deshacer, por aguantar, por soltar, por habernos hecho los ciegos y por descubrir la verdad.

No se trata de sí lo merecemos o no, si es justo o no, si pudimos evitarlo y si no había manera de vivirlo diferente. Trata de asumir, nuestra responsabilidad con nosotros y lo que hacemos antes, durante y después de que sucedan las cosas (podamos controlarlas o no).

Pensamiento que me lleva a recordar una de las mejores películas que he viso este 2023, “The Menu”. Una comedia negra que pone en evidencia nuestra influencia en la vida de otros, nuestra responsabilidad por acción y omisión, lo fácil que es llevarse por el ruido, las apariencias y caos interno.

Sí, estoy siendo muy “romántica”, cuando la verdad es (que si las has visto), te darás cuenta de que es bien oscura, visual hacia el terror y con matices que busca exagerar sus puntos hasta la locura. Pero si ves más allá de esto, descubrirás una obra de arte.

“Así sin más, esta película es arte.”

Las actuaciones, los platos al estilo “chef table”, la fotografía, la paleta, el concepto, los diálogos, los giros y argumentos. Genios… sin palabras.

Podría hablar de cada personaje y si me conoces sabrás que aparte de creativa, escritora e ingeniera, también estudie cocina. Así que aprecie de A-Z, el detalle, el manejo de la cocina, los platos, la dinámica. 

Pero más allá de caer en intensidades, te habla de apreciar la belleza y fealdad que convive dentro del ser humano, la responsabilidad que tenemos en el hilo conductor de nuestras vidas (y en la de otros). Presentándonos una dualidad a la que todos estamos expuestos y que, en más de una vez, nos perdemos.

Aspecto que me ha llevado a unir todos estos puntos, bajo esta entrada que busca más responder a mi propio hilo conductor, que ser de utilidad para otros. Así, sin más, te invito a comentar y encontrarte conmigo en el siguiente artículo, que termina siendo una extensión más concreta, pues te hablo del libro “Se tiene que morir mucha gente”, de Victoria Martín

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