Bolas de nieve, cuestionamientos y lo que fue leer “Romper el círculo” de Colleen Hoover

Romper el círculo

Primero, este blog no va de reseñas. Aclaremos eso de entrada porque no tengo ninguna intención de criticar (ni me siento con la autoridad para) a nadie. Sobre todo a quienes (como yo) respiran escribiendo y esconden un camino de años, sangre, risas y lágrimas detrás de cada manuscrito. Sobre todo a quien logra transformar sombras en luz, que es básicamente lo que hace la autora a través de este libro (romper el círculo).

Sin importar si el lector de hoy, solo se tome un día para devorar la obra y dos para opinar al respecto. Ok, esto no va de quejarme tampoco y mucho menos cuestionar a los lectores de hoy. Los respeto, los admiro y si, por momentos, me siento como uno de ellos.

Solo que me parece a veces “ligera” la forma con la que se ponen estrellas y hunden años de trabajo. Está claro, no todos nacimos para todo y esto de escribir va mucho más allá de solo decir lo que pienso, solo porque sí. Un libro, una novela, una historia, un poema; lleva tantas montañas rusas, como dedicación, estudio, intentos. Sin duda, todo lo opuesto al significado de “ligero”.

Entonces, si no trata de esto, ¿qué hacemos aquí? Pues, aún no lo defino. Pero no por eso pierdo el derecho de estar, ¿no crees?

Leí un libro y tengo una serie de opiniones y “sentires” al respecto. Tengo un blog llenándose de telarañas y cero ganas de quedarme callada. Así que, antes de pasar a leer mi segunda lectura del año, escribí mi 5.º primer artículo en un espacio que rogaba cobrar vida desde hace 5 años y vine aquí. A vaciar solo lo justo (porque lo justo también, me lo llevaré conmigo), sobre esta obra. 

Empecemos por el principio: “el fenómeno mundial”

Pasa con las películas, los “héroes”, los libros. Cuando marcan y generan impacto, empiezan a crear una bola de nieve de expectativas que solo crece. Por eso, en mi opinión, hay que irse con cuidado con esto de ver, conocer y leer aquello de lo que todos hablan, conocen y han visto.

Porque puede terminar aplastándote, dejándote una mala experiencia comandada por tus altas expectativas, que desde el inicio sabías dentro de ti que no serían llenadas. También puedes unirte a la bola y solo terminar haciéndole eco a lo que otros dicen, porque “¿cómo no te va a gustar el fenómeno mundial?”.

Vamos al grano, si me gusto.

Es un libro muy bueno, que toca temas muy duros y que (para mí), logra momentos épicos, dignos de aplaudir de pie, que se quedaran conmigo como lectora y escritora. Pero no lo niego, hay cosas y otros momentos, que me hubiesen gustado que fluyeran de forma diferente. Como el epílogo, la verdad no me termina de cuajar. Repito, para mí.

¿Es el mejor que he leído en mi vida? No

¿Lo recomendaría? ¡Sin dudar! Le pondría por encima de 4 estrellas.

¿Lo volvería a leer? Ummm, no lo creo.

¿Hay cosas que no me gustaron? Sí, pero las acepto.

¿Lo comprarías en físico? Un sí rotundo.

¿Leerías otra cosa de esta autora? Si, ansiosa por hacerlo.

A ver, ya aclaramos que para mí es importante darle una explicación al origen de las cosas. Por eso, saber que la historia es resultado de un viacrucis personal de la autora, es algo que me conecta demasiado e inspira. No puedo imaginar lo duro que debe haber sido a veces, solo puedo verlo desde mis zapatos y lo duro que es a veces escribir ciertas cosas. Porque…

“Uno sangra, vive y respira ciertas historias que luego cobran vida, no por reconocimiento, ni siquiera por elección. Si no porque sentimos que no podemos continuar hasta vaciarlas de nosotros, no volvemos a respirar del mismo modo hasta que se escriben”.

Pero, eso no quita el hecho de que es realmente difícil conectar con ellas en el proceso, hacer las paces con lo que alguna vez fueron y sentimos. No volver a caer en la rabia, el dolor o miedo que nos generaron cuando las vivimos.

Por lo que, conocer él detrás y origen de #ItEndsWithUs, sin duda hizo que la obra subiera más en mi escala.

Pero más allá de eso, tomándome una vista más imparcial. Es una historia sobre temas que se ven y viven día tras día en miles de escenarios y de los cuales vale la pena hablar. De los cuales es necesario hablar.

“Todos tenemos círculos que romper”

Suena cliché, quizás, pero no por eso deja de ser cierto. Así que, prefiero empezar por esa frase, porque para mí este libro trata de eso. 

Tenemos a una hermosa y exitosa protagonista producto de un hogar lleno de abusos, prometiendo que no repetiría la historia de sus padres, con un pasado corazón roto (jamás sanado), juzgando a su madre por haber permitido tanto y alejándose lo más posible de casa, en búsqueda de la verdad “¿En Boston todo es mejor?”

Abierta a su nueva vida, conoce y se enamora de un personaje que te hace quererlo, para luego luchar con, a favor y contra él, junto a la protagonista todo el libro. Siendo el giro que influye en la historia, la reaparición de aquel corazón roto, el primer amor.

Sí, empieza con una premisa interesante, una primera página maravillosa y una construcción de personajes cuidada. Sin hacer “spoilers” cuento, que para mí, lo mejor fue el manejo de 3 momentos claves que fracturan la vida de la protagonista. No solo porque no te lo ves venir, sino porque durante y después de ellos, ocurre una narración interna llena de puntos de encuentros… con ella, contigo, conmigo, con todos.

Porque a ver, no hace falta sufrir abusos físicos o venir de un hogar roto para entender lo que se siente vivir ciclos y patrones tóxicos a los que estamos expuestos casi sin saberlo y nos condenamos a repetir. Hasta que despertamos ante ellos y los vemos como si fuera la primera vez, para hacer lo que hay que hacer. 

El abuso tiene muchas caras y no solo va de “amor”, las relaciones tóxicas nacen desde la idealización del otro por encima de quien somos. “Si nunca le alcanzo, si nunca soy suficiente, si nunca cumplo sus expectativas, si nunca soy valorado, si no soy prioridad, cedo el control de mis emociones hasta el punto de crear una dependencia anímica, llena de estupefacientes”.

Donde me calmo si me da la dosis, pero me quiebro cuando no… sin mencionar la constante alerta (que ahoga y aterra) para no perder, lo que si pensamos por un momento, jamás fue nuestro.

Más allá de entender que nadie le pertenece a nadie y que no hay nada seguro en esta vida. Trata de atreverse a reconocer la lucha en la que nos subimos cuando nos encontramos en una relación tóxica, con algo o alguien. Trata de como nos aferramos a esa cuerda, aunque tengamos las manos quemadas y ardiendo, dando sorbos de agua fría como si fuese suficiente para salvarnos a todos.

Reflexiono yo, trata de la empatía…

Acostumbrados a juzgar a la víctima, nos encanta como sociedad decirle a quien sufre de ansiedad “cálmate”, a quien no deja la pareja que abusa de ella “es tu culpa, porque lo permitiste”, a quien vuelve a escribirle al ex “supéralo”. Nos encanta coaccionar la libertad de sentir de otros porque nos incomoda y terminamos subestimando la magnitud de lo que ocurre dentro de cada persona.

Cuando la verdad es que, citando a Lily Bloom, “no todo es blanco y negro”. Hay una infinita gama de grises, mundos particulares que no desaparecen solo por decreto. Claro que, siempre habrá un punto de inflexión, hay quienes permiten que pase sin más, mientras voltean a otro lado y hay quienes despiertan y encuentran esa ancla a la cual aferrarse para cambiarlo todo, romper el círculo.

Volviendo a la historia, puedo decir que es exigente al digerir, si en algún momento te tomas en serio las preguntas que se formulan en tu cabeza y reconoces los patrones propios. En el ámbito de la escritura/lectura, me gusto. Está muy bien escrita, te lleva por todas las páginas sin ningún peso. Quieres saber el final, quieres decidir por y con la protagonista la resolución, pero a la vez no te atreves porque sientes que no hay respuestas correctas. Entonces te quedas fascinado por este viaje con ganas de más…

Me permití 2 días para dejarla descansar en mí y luego solo pude pensar en que necesitaba soltarla (repito, lo justo). Pues ya había hecho similitudes de cada cosa en términos laborales, familiares, entre amigos, amantes, personas.

Pues, ya me había respondido la pregunta antes de formularla…

“¿Dejarás que pase de ti este punto de inflexión donde estás perdida?, ¿o harás algo al respecto, para darte a ti misma la libertad que buscas?”

Libertad…

Este libro también te hace preguntarte cosas sobre las decisiones que tomas tú y las tantas que otros te llevan a tomar. ¿Qué tanto se influencia nuestra vida por otros?, ¿qué tanto es nuestra?, ¿que tanto es espejo de lo que otros quieren que sea?, ¿qué tantos pañitos de agua fría nos ponemos, para evitar perder?. ¿Qué tanto nos decimos para justificar a otros, mientras nos juzgamos por aceptarlos de vuelta (cada vez)?, ¿que tanto estamos dispuestos a hacer, para despertar, para cambiar patrones?

Preguntas que surgen, conversaciones que vale la pena tener alrededor de esta lectura (principalmente, con uno mismo). ¿Qué piensas? ¿Lo has leído? Compárteme tu experiencia y opinión, hablemos… #TeLEO

PD: ame todas las referencias de Dory… #JustKeepSwimming

2 comentarios en “Bolas de nieve, cuestionamientos y lo que fue leer “Romper el círculo” de Colleen Hoover”

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