Como punto de encuentro, arranco este escrito juntando trozos de poesía encontrados en 2023, en diferentes tiempos. Lorca, Cadenas, Elvira, Rupi, Neruda, Manu, Padrón. Como aire de cada uno de ellos, como voz para quienes amamos la poesía, como orden a las ideas, de las mentes que no paran, de las almas que solo sienten, de aquellos que buscan de algún modo hacer justicia con verbo prestado.
Ahora, confundido con un estilo literario difícil, nos encontramos con una actualidad mucho más asequible. Contagiada, la poesía, ha llegado a “viralizarse” en tiempos de inmediatez.
A lo que me pregunto, ¿que hubiese sido de Lorca si hubiese tenido tiktok?
Y no solo él, sino cada artista que se vio condenado por constructos sociales, limitados por “el debe ser”, y no lo que eran, reducidos a habitaciones oscuras, por desafiar la palabra. Poetas perdidos en la historia, artistas que vieron fama desde la rendija de sus tumbas.
Voces que aún duermen calladas, por temor a no encajar en la exigencia masiva de producción de su arte.
Pues el artista necesita respiro, descanso de su obra, espacio y distancia. El poeta necesita ir y venir, para evitar que la herida abra por completo, y se lo trague, para que el mundo pueda pintarse de colores o apagarse del todo, según lo necesite, las veces que haga falta.
Y eso, el mundo (aún) no lo entiende…
Normalizamos la falta de cultura como eco de la evolución
Llenos de contradicciones, enmascaramos nuestros gustos, según la tendencia del momento. Porque, hoy, con tanta libertad, aún no sabemos qué hacer con ella.
Elegimos juzgarnos y contenernos por temor a ser amedrentados por otros, no pertenecer a un grupo o defender el término “normal” dentro de nuestra biografía.
Defendiendo cualquier forma que nos permita tener acceso inmediato a lo que queremos saber, sin importar si eso nos termina alejando del contenido y lo que ello aporta. En otras palabras, pidiéndole a una IA el resumen de la última novela, antes de leerla, eligiendo la inmediatez, por encima de la experiencia y el trabajo (artístico y hasta mecánico) detrás de cualquier obra.
No me malinterpretes, apoyo al máximo la evolución y el uso de herramientas a favor de; sin embargo, veo claramente como nos juega en contra a los artistas y a la lucha entre la exigencia de “contenido” y su calidad. Abriendo una necesidad aún mayor de divulgar más la cultura y las artes como nutrientes para el alma de la sociedad, tanto como las tecnológicas.
Es donde el poeta tiene su origen y siempre lo tendrá
Si algo me ha enseñado leer poesía el último año, es la infinita gama de matices, perspectivas y formas de ver ciudades, tiempos, temas, emociones, vivencias. Navegar de la mano de poetas como Lorca y su romancero, Cadenas en plena Intemperie o Manu y sus primeros “te quieros”, me deja además un punto claro, la poesía no conoce de tiempos, estilos ni edades.
La poesía solo es…
Y está lista para ser seducida y usada por aquellos que la llevan dentro. La ven en su forma de caminar, la respiran cuando creen morir, la bailan cuando necesitan expresar.
Llenas de diferencias, tiempos, permisos sociales, plataformas de divulgación y estilos culturales, cada poeta ha encontrado su público, su lugar, su esencia. Mientras se permite reinvención en cada obra y a su vez apertura para quien lo necesité (ayer, hoy y mañana).
“Lorca que te quiero Lorca”
Leer a Federico fue aprender a cantar, como si jamás hubiese escuchado la música. A través de su romancero, me dejé endulzar con una melodía tacita perteneciente a cada estrofa.
Descubriendo claramente porque es considerado uno de los más importantes poetas de la historia. Adentrándome además a su narrativa particular, la lucha interna y colectiva que tuvo que afrontar. Su genialidad, vulnerabilidad y hasta cierta inocencia, al dejarse ver y ser como era. Su trágica e injusta muerte y el legado gigante que se acompaña con lágrimas de contemporáneos hasta de veinteañeros del hoy, que se han enamorado de la poesía gracias a él.
Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos”.
Con Lorca no pude quedarme solo allí, en su romancero. Así que elegí comprar un pasaje directo a la gran manzana donde la guía sería su pluma. A través de un Poeta en Nueva York crucé frontera hasta ver lo que él veía, hasta sentir lo que él sintió. Despertando en mi cabeza una nueva forma de viajar, a través de los ojos de un poeta, este poeta.
Recorrer la ciudad desde su puño y letra, siendo fiel a sus cantos y estilo, reviviendo espacios, hoy diferentes, pero presentes, fue hacer tangible para mí, la ciudad. Sin duda un libro para tener siempre, un testimonio de como “vive” un poeta una ciudad, como la descubre, la enamora, la respira, la odia, la recuerda, la olvida.
Rimas que inspiran rimas, poesía transgeneracional
Como reflejo de la misma cultura, poetas de las nuevas generaciones se han servido de los cantos de sus predecesores, mientras aprovechan las plataformas de hoy. Tal cual como Rupi y sus primeros posts, tal cual como Manu Erena, quien se convirtió en fenómeno mundial gracias a su primer poemario, expuesto en redes.
Con carácter romántico, explora, a través de Consecuencias De Decir Te Quiero, un principio, su principio. Así se sintió esta obra, el punto de partida de un poeta (joven) que se vuelve promesa. Un inicio que refleja pensamientos transitorios en una de las épocas de mayor transición (la adolescencia).
Desde los ojos de quien se quiebra por amores de primeras veces y de quien, como muchos, no sabe vivir de otra manera más que escribiendo, Manu deja la puerta abierta para más. Teniendo a la fecha dos obras más, refleja un camino a seguir, donde seguramente regalará una nueva perspectiva y la evolución de su rima.
Haciendo eco, una vez más, de aquellos que solo pueden (podemos) respirar escribiendo, pues así habitan quiénes son, lo que sienten y lo que les pasa.
La poesía habitada se convierte en aire libre para quien se atreve
Si me has leído antes, habrás reconocido a lo largo de esta entrega mis referencias propias sobre como tránsito la poesía. Proyectando retazos de mi poemario, me quedo corta, cuando intento agrupar en años lo que llevo escribiendo. Porque en rima o prosa, desde siempre las letras han sido mi forma de drenar lo que siento, lidiar con el mundo o mi propia cabeza.
Claro que, no fue hasta hace 7 años que empecé a soltar retazos ante el mundo y no fue hasta el 2023 que me atreví a recoger viaje y entregarlo como un punto de partida, un sueño cumplido, testimonio y a la vez homenaje.
Porque, aunque me costó verlo, la verdad es que el verdadero “fracaso” del artista no depende del éxito o nivel de exposición de su obra, sino que va orientado en atreverse a darle vida, espacio y voz. Tal cual como refleja la historia de tantos antes que yo, que se vieron opacados por el miedo, la sociedad o la mismísima muerte, impidiendo la salida a la luz de sus creaciones.
Así como otros tantos que sí y hoy son aire compartido, verbo colectivo y abrazo. Tal como Cadenas y su Intemperie.
”Cadenas hoy, mañana y siempre"
Con el tricolor en el pecho me permito este apartado, más que para dejar sobre la mesa mi encuentro con su obra y la carrera de este ilustre poeta venezolano, para reflejar el impacto que tiene en quienes escribimos, leemos y sentimos la poesía.
Cadenas es un género en sí, icono regional, nacional y mundial. Trajo a casa poemas ganadores de premios que recorrieron el mundo. Así como, dejo otros tantos acunados en la memoria de quien los recita hoy día, al otro lado del mar.
Pues ha sabido plasmar en obras como Intemperie, una rima directa, profunda y a la vez reflexiva, donde el poeta deja de ser solo poeta, para ser impulso de conversaciones, despertares ante lo que sentimos y ya hace vida allí entre la realidad y la ilusión.
Es imposible no adorar la pluma de cadenas, al menos para mí. Su profundidad, su intelecto envuelto en palabras justas, profundas, rasgadas. Reflejan la exposición del poeta en ese momento (cuando las escribió) y la exposición del poeta en general.
En este caso, en particular, acompañado de un prólogo y epílogo exquisito que sirve de respuesta ante la necesidad de más. Asiento tangible para mirar el punto focal de toda esta colección de palabras.
La poesía es lo que conocemos y a la vez se reinventa en manos propias y prestadas, es casa y aventura. Haciéndonos parte de un todo, dotándonos de términos no inventados para explicar el color de lo que sentimos.
La poesía es vida y lamento, es forma y dibujo libre, es alma y corazón de la humanidad.
Por eso, si me has leído hasta aquí, te invito a permitirte darle la oportunidad, porque hay tantas formas y variantes, que sin duda hallaras donde ya se recita lo que piensas, eres o sientes. Donde, podrás encontrar abrazo, ser eco de este arte y la cultura que lo envuelve.